Hay quienes piensan que se trata de uno de los males de estos tiempos del nivel de los maremotos, los accidentes de tránsito, Al Qaeda, el imperio norteamericano, el FMI, los huracanes y los mosquitos mutantes de la Pampa. Se trata de los individuos, generalmente machos adultos, aunque las hay hembras también, que sienten en todo momento la íntima e impostergable obligación de explicarlo todo.
Se manifiestan en la lengua escrita pero lo suyo es la oralidad. En algunos ámbitos como los programas de radio, los encuentros literarios y los taxis prácticamente han desplazado todas las otras tipologías discursivas.
Los portadores confunden la patología con el legado divino, con la necesidad de dar a conocer su genio individual, con la voluntad de iluminar al lego, al ignorante, al que no tuvo la suerte de nacer con su capacidad de análisis.
El explicador no deja pasar oportunidad. La secuencia que sigue es lineal: todo tiene explicación, él la conoce, él se la descerraja al interlocutor sin contemplaciones.
No tiene sentido imaginar un ámbito capaz de escabullirse de sus vastas verdades. Tácticas del fútbol, claves de la prosa contemporánea y la antigua, fenómenos sociales y naturales, avances de la genética, la filosofía, el psicoanálisis, la magia, estrategias para ganarle una partida de ajedrez a Gari Kasparov. No existe refugiio en el Universo inmune a su capacidad de explicación.
Ortega lo vio en cierta comunidad a principios del siglo pasado. Hoy no conoce fronteras y la velocidad de propagación ha alcanzado la línea ípsilon.
Afortunadamente hay quienes vienen observando el fenómeno y están trabajando duramente en maneras de combatirlo.
Entre ellos destacan los productos de laboratorio de una importante universidad americana que se encuentran en etapa de prueba y experimentación con ratas y cucarachas. De los informes surge la esperanza.
A continuación una breve descripción de algunos de los que a priori parecen más eficaces.
Desexplicador en aerosol.
Se aplica directamente sobre el rostro del explicador a una distancia de hasta un metro. Lo lleva a cambiar de tema sin percibir el rociamiento. No afecta la capa de ozono. Ideal para taxis y ascensores.
Chip desexplicador.
Aparato adaptable a radios, televisores, computadoras y afines. Alcanza a opinólogos y chateadores por igual. AM, FM, PC, Macintosh, Windows y Linux. Convierte la explicación en música preprogamada o aleatoria, preferentemente instrumental.
Desexplicador intravenoso
Sólo en casos extremos. Tiene muchísimas contraindicaciones pero hay quienes piensan que peor es la enfermedad que el remedio y que París bien vale una misa. Requiere el uso de la fuerza.
Bombita de olor antiexplicadora
Ideal para patios de universidades, colas del banco y colectivos. Actúa simultáneamente contra explicaciones simultáneas. Deriva y remezcla conversaciones con efectos divertidos.
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Adela
Conocí a Adela en una fiesta de Navidad. Apareció en casa después de las doce, con una sidra en la mano, entre parientes, amigos y gente des...
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Como no sabía de donde venían los versos que dan título a este blog, me dispuse a buscar una respuesta en la red. He aquí una síntesis de mi...
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1 comentario:
Voto por la bombita de olor antiexplicadora.
Remezclar conversaciones me parece definitivamente efectivo.
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