Sin ser un experto en la materia, me atrevería a afirmar que (este comienzo es ideal para prologar cualquier hipótesis disparatada) nuestra sociedad es predominantemente paranoica.
Para alzarse con el triunfo, EL CANDIDATO debe fomentar en el elector la idea de que EL OTRO le está robando o planea robarle todo lo bueno que él y su país producen o poseen (bondades sobre las cuales no se debe expresar la mínima duda).
Una vez recontados los votos, los electores festejarán el fin de un peligro y EL CANDIDATO beberá champán.
¡Salud!
1 comentario:
Tiene ud toda la razón, amigo fabián, desde que abandoné esa odiosa costumbre de andar pedaleando al pedo, me aficioné al voto candado ¿o cantado...? ¿cómo era?
Un disparatado abrazo, master.
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