En mi barrio los conejos rebuznan, las salamandras extienden sábanas y los jacarandás (¿jacarandaes?) derraman ascensores por la borda.
Como cada aniversario, vino a visitarnos el intendente. Como siempre bailará y beberá hasta el amanecer.
En algún momento de la madrugada tomará el micrófono, pedirá silencio y dirá admirar nuestro sentido de la organización.
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