No todos son capaces de encontrar la razón de su vida.
Yo, por ejemplo. He estudiado dialectología y tantra yoga, escrito poesías permutantes. Por más que recorrí museos, me asocié a los teósofos y después a los vegetarianos, ocupé la universidad y los latifundios, seguía sin divisar en el horizonte una luz que me indicara hacia dónde estaba yendo.
Por eso, cuando conocí a Sebastián me dije: ahí está.
Pero ahí estaba nada más que Sebastián.
Ficciones desmedidas
Macedonia Ediciones
No hay comentarios.:
Publicar un comentario