Omnívoro


En un programa de preguntas y respuestas al que fui a participar por una licuadora me preguntaron un animal omnívoro y automáticamente dije: el chancho.
Ahora bien, repreguntó el conductor, hombre sonriente por doquier, su chancho omnívoro, ¿comería un tarro de pintura látex de 20 litros blanco mate de interior? ¿y las zapatillas de mi abuela en el fondo de un baúl? ¿Y las colgadas de un cable en González Catán?
¿Y qué del ahorcado bamboleante en un barrio de las afueras de Cleveland donde todavía no llegó ningún vecino a golpear la puerta por el olor ni los agentes de la policía local ni los del FBI para investigar el caso?
¿Comerá su omnívoro porcino el Finnegans Wake y las obras completas de Benjamin, que no leyó ni leerá en esta vida y difícil en la otra, sobre todo si le toca ser un marsupial o anémona?
¿Y los cordones de las zapatillas del baúl y los de las del cable colgadas, los comerá su inmundo chancho omnívoro?
El tono de mi interrogador subía pregunga a pregunta, ya salíase del personaje, ya visiblemente furioso estaba.
Sin respuestas me fui por la tangente pensando qué pena me perdí la licuadora.

2 comentarios:

la stessa ma altra dijo...

y dendeveras le gusta el chancho, Vique...

christian dijo...

ohhhhhhhhhhhhhhh

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