No creen en los puentes.
No soportan nada derivado del círculo.
No aprenden el número tres.
Disponen de loros que roban el lenguaje.
Son insensibles a la música y no perciben tres colores de la
gama tonal.
Tienen una vena de más.
Se llaman a sí mismos y no acuden.
No soportan la última hora ni la primera.
No aspiran a ser hombres sino animales superiores.
Piensan que un filo separa lo infinito de lo finito.
Tienen un solo sueño recurrente que escriben en un libro
colectivo oculto en campo de maniobras.
Tienen dos sombras.
No soportan nada derivado del círculo.
No aprenden el número tres.
Disponen de loros que roban el lenguaje.
Son insensibles a la música y no perciben tres colores de la
gama tonal.
Tienen una vena de más.
Se llaman a sí mismos y no acuden.
No soportan la última hora ni la primera.
No aspiran a ser hombres sino animales superiores.
Piensan que un filo separa lo infinito de lo finito.
Tienen un solo sueño recurrente que escriben en un libro
colectivo oculto en campo de maniobras.
Tienen dos sombras.
Alberto Muñoz
-saqueado de http://musicararablog.wordpress.com/-
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