Después de haber sido rescatada, Helena la de Troya le aconsejaba a Menelao, su marido: "Si quieres castigar a Paris por haberme raptado, está bien, cástralo. Se lo merece. Pero ojo: si vas a castrarlo no te equivoques y córtale los dedos de las manos. Yo sé por qué te lo digo".
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Marco Denevi
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